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Algunos consejos |
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Pocas actividades físicas son tan delicadas y complejas como una mudanza internacional. No sólo se trata del cambio de país, sino también del nuevo ámbito donde vamos a desarrollar nuestra nueva vida, así que la empresa de transporte de mudanzas debe conocer muy bien la forma de trasladar todos los bártulos con el menor riesgo posible para que los objetos que son históricos en la familia lleguen en buen estado. La tarea de preparar la mudanza puede convertirse en un trabajo titánico si no se ha pasado por la experiencia de haber hecho alguna vez un cambio de las proporciones que provoca esta clase de movimiento internacional.
Comencemos por suponer que una mudanza de estas dimensiones equivale a llevar todos sus muebles, incluidos todos aquellos de menor cuantía. El primer consejo que podemos brindar es que hay que ir de mayor a menor, esto es, de lo más grande y abultado hasta lo más pequeño y menudo. Todos los muebles más voluminosos, como sofás, sillones, mesas y roperos deben ser embalados juntos y ser sacados antes que el resto de las cosas de la antigua morada. De la misma manera, al llegar a destino, serán también las primeras entidades destinadas a entrar en el nuevo hogar. Lo mismo sucede con aquellos objetos no tan corpulentos, pero sí muy pesados, como grandes televisores, modulares o cómodas familiares antiguas, pero siempre en una segunda instancia e inmediatamente después que los primeros.
Por otro lado, las cosas frágiles deben embalarse por separado e individualmente; por ejemplo las copas de adorno, los vasos de lujo y toda la delicada cristalería del hogar. Lo mejor para guardar este tipo de efectos son las cajas de cartón previamente acolchadas con frazadas viejas para evitar golpes, caídas y destrozos. Cada pieza debe ser envuelta en papel y colocada en un casillero de cartón (sería lo deseable) para que quede firme y no se salga de lugar con los vaivenes del viaje.
En cuanto a los aparatos electrónicos, siempre se recomienda conservar las cajas originales, pero en el caso de no tenerlas, deberían ser cubiertos por frazadas fijas, sobre todo al frente de las pantallas (para el caso de los televisores) y sobre sus componentes más delicados. Hay que asegurarse que estos objetos sean los últimos en cargarse para que, entre todo el fardo de cosas, queden atados y acomodados arriba del todo. En cuanto a la ropa deben existir dos clases de tratamientos y embalajes: uno, con las prendas que no se arrugan, como las de lana, que pueden agolparse bastante bien en valijones y que pueden presionarse sin riesgo para dar más lugar a otras del mismo estilo. Lo mismo ocurre con toda la gama de ropa interior y ropa usada que no se ha tirado por razones sentimentales. Otro tratamiento especial deben recibir las ropas finas, que requieren un cuidado más meticuloso. Éstas necesitan ser embaladas individualmente en bolsas plásticas que las aíslen de la humedad y las preserven de todo cambio brusco de ambiente.
Éstos son, básicamente, los elementos a tener en cuenta en una mudanza internacional
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